Discorso di Lula al XIX Foro di Sao Paulo

Discorso di Lula al XIX Foro di Sao Paulo

laondadigital.com – Para mi partido y el de ustedes hay una cosa imprescindible al llegar al poder, no perder la relación con el pueblo. Algo que para mí es muy importante, es que yo seguí todos estos años al Foro de San Pablo. Participé del nacimiento de este Foro, tuve el privilegio de participar de la 1ª reunión en el Hotel “Danubio”, en julio de 1990. De participar en Cuba, El Salvador y en otros países. Tuve el privilegio de participar en el penúltimo – que creo que fue en Nicaragua – y no pude asistir al de Venezuela, donde grabé una declaración de apoyo. Yo no voy a repetir aquí lo que todo el mundo dijo, porque estoy preocupado. Tengo que hablar poquito y despacio, porque si no, el Departamento de Estado norteamericano está grabando (risas) o está filmando y eso no es buena cosa.

Tengo que tener cuidado. Pero quería trasmitirles algunas cosas que considero importantes.

En 1990 – o mejor, en 1980 – la izquierda latinoamericana no creía que fuese posible llegar al poder por la vía de la disputa democrática y – sobre todo – por la vía electoral. Recuerdo la esperanza que teníamos con la victoria de los revolucionarios de El Salvador en 1980, cuando participábamos del primer aniversario de la victoria de la Revolución Sandinista. Recuerdo lo que pensaban los partidos de izquierda en los años 90, en la primera reunión en el Hotel Danubio”. Y yo – en 1985 – había hecho una entrevista para un

diario importante aquí, en Brasil, diciendo que era muy difícil que un

obrero metalúrgico pudiese llegar al poder por la vía del voto. Y la

historia se encargó de probar que la democracia – ejercida a partir

de la participación de las masas – puede ser la mejor fuente para

que la izquierda llegue al poder en cualquier país del mundo.

Veamos la experiencia de nuestro joven compañero Chávez. Es

importante recordar que en El Salvador no dejamos que Chávez

participara del Foro de San Pablo, porque no admitíamos que los

golpistas” participasen del Foro de San Pablo. Es importante

recordarlos. Porque tenemos tradiciones y contradicciones, que son

el juego de la democracia. El dato concreto es que poco tiempo

después, el compañero Chávez, que no había logrado una victoria

por la vía de la lucha armada, llegó al poder por los brazos del

pueblo de Venezuela de una forma extraordinaria (aplausos). Es

importante recordar que – desde 1998, cuando Chávez llegó al

poder hasta hoy – una gran parte de la elite de Venezuela, no admite

la llegada de Chávez al poder. Como tal vez una gran parte no

admita la llegada de Mauricio Funes en El Salvador. Como una parte

no permitió ni siquiera la llegada de un Zelaya – que no era un

hombre de izquierda, pero era un hombre progresista – al poder, en

Honduras. Como no aceptaron la llegada de Colon en Guatemala y

como no aceptan a Cristina Kirchner. Como no aceptan – una parte

a nuestro “Pepe” Mujica. Como no aceptaron a Lugo, en Paraguay.

Como no aceptan a Lula o a Dilma en Brasil. Como no están de

acuerdo con la llegada al poder de Rafael Correa. ¿Quienes son los

que no aceptan la llegada de personas progresistas para gobernar

los países? Y nosotros llegamos.

Y yo quiero – compañeros de la dirección del Foro de San Pablo –

adjudicar parte de la llegada

al poder de la izquierda de América

Latina, a la existencia de esa mecha llamada “Foro de San Pablo”

(aplausos). Fue aquí y tenemos muchos compañeros cubanos.

Porque al contrario de lo que muchos conservadores piensan, los

compañeros cubanos siempre, siempre, nos enseñaron que el

ejercicio de la tolerancia entre nosotros, la convivencia pacífica en la

diversidad entre nosotros, la convivencia – inclusive – entre

diferentes sectores de izquierda, era la única posibilidad que

permitía que nosotros hayamos tenido avances en este continente. Y

esto sucedió y puede continuar sucediendo mucho más. Porque

ahora tenemos la obligación de no permitir que haya ningún

retroceso en las conquistas que obtuvimos hasta ahora (aplausos).

Ningún retroceso. Y para que esto suceda y que continuemos

evolucionando, es preciso que organicemos mejor el Foro de San

Pablo, es necesario que le demos más organicidad al Foro de San

Pablo, es preciso que comencemos a producir nuestros informes, es

preciso que comencemos a pensar en una nueva forma de

comunicación entre nosotros. No podemos – simplemente –

quedarnos llorando por los problemas de la prensa conservadora en

cada país. Es conservadora en Brasil, en Venezuela, en Colombia,

en Argentina, en Uruguay, en El Salvador. Y no podemos quedarnos

apenas quejándonos que nuestros adversarios utilicen la prensa en

nuestra contra.

El otro día comenté: “ahora es con Internet”. De la forma en que

funciona, tenemos – por primera vez – la oportunidad de crear

instrumentos de comunicación entre nosotros sin tener que

quedarnos debiendo favores a nadie en ningún lugar del mundo. Hoy

sabemos que estos movimientos que se dieron en la llamada

Primavera Árabe” y lo que sucedió aquí, en Brasil, son una

demostración de que tenemos que dejar de quejarnos y vamos a

dedicarnos a explotar nuestra chance de tener nuestra propia

prensa, nuestra propia información. O sea, no nos vamos a

comunicar más así. No es posible imaginar que un diario que tiene

un tiraje de 10, 15 o 20 mil ejemplares, nos vaya a permitir decir lo

que pensamos a millones de personas a través de un material

escrito o a través de un canal de televisión, que no tenemos. Pero a

través de Internet, podemos llegar a millones de personas, sentados

en el sofá de nuestra casa (aplausos), si asumimos la

responsabilidad, si sacamos partido del Foro, si asumimos la

responsabilidad de tomar estas discusiones en serio, conseguimos

algún dinero y logramos que las cosas sucedan. Esto es lo primero

que les quería decir: precisamos crear un nuevo instrumento de

comunicación y podremos hacerlo.

Lo que está sucediendo en el mundo – permítaseme creer – que

debemos ser más creativos. Y hay algo más que

aprendimos: no

podemos continuar más funcionando en la forma de organización

tradicional que teníamos. Estos movimientos que se dieron aquí en

Brasil, tomaron por sorpresa a todos los partidos de izquierda,

tomaron por sorpresa a todos los partidos de derecha, tomaron por

sorpresa a todo el movimiento sindical y a todo el movimiento social.

¡Nos tomaron por sorpresa! Porque nosotros todavía actuamos a la

antigua, en materia política. El movimiento sindical – con los

recursos que tiene – o sea, en verdad, ¡ni siquiera tenemos una

comunicación por Internet que represente el 0,5% de lo que ellos

pueden hacer! Y nosotros, en verdad, nos estamos volviendo viejos.

Y nos encontramos preguntándonos: “¿dónde está la juventud de

nuestros partidos? ¿Cómo están participando? ¿Cómo nos estamos

comunicando con ellos? ¿Cuál es el mensaje que les estamos

dando? ¿Cuál es el mensaje de esperanza que les damos?”.

Entonces pienso – compañeros y compañeras – que esta es otra

lección que el Foro de San Pablo puede hacer que se de en América

Latina.

Lo tercero, es que debemos entender que hemos recorrido mucho,

pero desde el punto de vista de la integración, aún necesitamos

avanzar cincuenta o cien veces más de lo que avanzamos. Nuestros

dirigentes partidarios precisan saber – en primer lugar – que deben

intercambiar más informaciones, intercambiar más experiencias.

Nuestros gobernantes deben pensar que tienen que dividir sus

tiempos entre cuidar la política interna de cada país y cuidar la

política de integración. Porque la política de integración no se hace

por teléfono. Se hace visitando países, conversando con los

presidentes, haciendo acuerdos con los presidentes (aplausos) y

discutiendo qué es lo que entendemos por integración. ¿Qué es la

integración en nuestras cabezas? ¿Es un acuerdo comercial?

¿Dónde está el movimiento social en materia de integración?

¿Dónde está la red de científicos en nuestra integración? ¿Dónde

está la integración de nuestra juventud? ¿Dónde está la integración

del movimiento sindical? ¿Dónde está la integración de los

congresos de cada partido? Aquí yo sé que está presente El

Salvador. Les quiero decir algo. Ustedes van a hacer un acuerdo con

la presidenta Dilma y este acuerdo va a ser cada 6, 7 u 8 años en el

congreso brasileño y en el congreso de El Salvador y no se aprueba.

Entonces, estoy pensando – incluso – en convocar un encuentro

parlamentario en América del Sur para que discutamos cómo

podemos involucrar a los congresos de cada país en estos temas de

integración.

Integración que supone que el Partido de los Trabajadores entienda

que – junto con los otros partidos de izquierda de este país – por el

hecho que Brasil es la nación más grande del continente, por el

hecho que Brasil es la economía más grande del continente, Brasil

tiene la mayor responsabilidad en garantizar que la integración se

materialice (aplausos). Brasil tiene la mayor responsabilidad en

facilitar que estas cosas se puedan dar, para consolidar el proceso

de integración de América Latina. Si Brasil – a través de sus partidos

y a través del gobierno – no asume estas responsabilidades, todo

será más difícil, todo será mucho más complicado. Y nosotros

tenemos que ser una especie de animadores de este proceso. El

animador de este proceso. Porque – si no – este proceso no se

produce. Y yo estoy preocupado, porque – con la muerte de Chávez

- … Porque – ni sé – ¡cuántas reuniones Chávez y yo tuvimos! ¡No

sé cuántas conversaciones tuvimos! ¡No sé cuántas veces él me

pidió que fuera a Caracas y cuántas veces él vino para acá! Y eso,

ahora, ha disminuido. ¡Y Chávez va a hacer mucha falta! Y espero

que Maduro cumpla exactamente el papel que Chávez venía

cumpliendo para la integración de nuestra querida América del Sur.

Estamos viendo que los EE.UU. no están jugando. Estamos viendo

que las alianzas con sus socios – más allá de los intereses

comerciales, sobre las cuales no debemos reclamar, porque cada

país quiere compran o vender más – tenemos que tener en cuenta

que las alianzas de los socios esconden un interés político secreto,

de debilitar la alianza de América del Sur, debilitar la CELAC. Veo –

por lo que conozco de la política norteamericana – que hasta ahora

no se conforman que hayamos hecho aquella primera reunión de la

CELAC en Salvador de Bahía en 500 años. Parece poco,

compañeros. Pero en 500 años, fue la primera vez que tuvimos una

reunión solamente los partidos de América Latina y el Caribe, sin la

presencia de Canadá y de los EE.UU. ¡Y esto no es poca cosa! ¡No

es poca cosa! No es poca cosa que hayamos creado un Consejo de

Emergencia; no es poca cosa que hayamos creado un Consejo del

Combate al Narcotráfico; no es poca cosa que hayamos comenzado

a construir un corredor de integración entre nuestros países. Y no

sólo ellos. No toleran que nadie que no surja del seno del Consejo

de Seguridad de la ONU – de los miembros permanentes – no

permiten que nadie se maree. Ustedes vieron que cuando yo me

dispuse a ir a Irán, conversar con Ahmadinejad y traerles un

documento que ellos no lograron de él – en lugar de aceptarlo –

decidieron castigar a Ahmadinejad para decirme – alto y con música

- :

Lula, no se meta, que este juego es juego de mayores. Este

juego es un juego de nosotros ocho. No es un juego de Brasil o de

cualquier otro país del tercer mundo”.

Entonces, cuando organizamos el Bric’s, cuando la gente organiza

reuniones entre América del Sur y África, cuando organizamos

reuniones entre América del Sur y los países árabes, esto les

comienza a molestar. Porque significa que hay otros actores que

están surgiendo en la política internacional. Y nosotros, que ya

tenemos experiencia, que ya tenemos gobiernos en varios países,

no tenemos el derecho de retroceder a donde avanzamos hasta

ahora. Y tenemos que lograr cada vez más. Porque recuerdo que la

primera reunión del G20 – que participamos – decidimos cosas

importantes, en la segunda reunión del G20 discutimos cosas

importantes, pero a partir de la tercera, no sucedió más nada. Lo que

sucedió es que – hasta ahora – ellos ya gastaron 9,5 mil trillones de

dólares para resolver el problema del sistema financiero. Y aún no

resolvieron el problema de Grecia, no resolvieron – todavía – el

problema de la crisis del desempleo en España o en otros países.

¡Nueve trillones y medio de dólares! De la misma manera que

gastaron casi 2,5 mil millones de dólares en la guerra de Irak y cada

vez muere más gente en Irak, atrás de una bomba química que no

existió hasta ahora. O sea, nosotros – entonces – tenemos que ser

concientes que por el hecho que la izquierda está debilitada en la

mayoría de los países del mundo, América Latina puede – en este

momento – ser el gran faro para la nueva izquierda que necesitamos

crear en el mundo.

Aquí debemos tener compañeros europeos con quienes tenemos

una relación extraordinaria. Muchas veces me invitaron para

participar de la Internacional Socialista y tuve el placer de conocer a

Billy Brandt en vida. Pero la verdad es que la izquierda europea – y

los compañeros que están aquí presentes hasta habrán de estar de

acuerdo – perdió el discurso, porque es muy similar al discurso de la

derecha (aplausos). Yo participé del cambio del nombre del Partido

Comunista Italiano – cuando el PIT era motivo de orgullo del mayor

partido de izquierda en el mundo occidental – cuando pasó a ser

PDS. Después de PDS, pasó a ser no se qué, después a no sé qué,

después a no sé que. O sea, cambió. Pero al final, quedó igual a

como estaba. Este es un error que nosotros no podemos cometer.

Yo ahora estuve en España, antes que terminara el mandato de

Rodríguez Zapatero y le decía: “Zapatero, ¡por el amor de Dios!

Tenés que hacer un discurso para demostrar que el socialismo no es

culpable de la crisis. Tenés que mostrar que es culpable de la crisis”.

En la medida que no lo hacemos, ¡miren los resultados! Y así, la

izquierda, va descendiendo. Aquí en Brasil también sabemos que un

partido de izquierda que llega al poder necesita cuidarse de no

cometer los errores que ya se han cometido en otros lugares. Sólo

hay una cosa que garantiza a un partido como el mío, como el de

Renato, como el de ustedes. Al llegar al poder, no perder su relación

con el pueblo.

¡Porque el poder es algo mágico! Hay una tendencia

al llegar al poder y que el pueblo que antes era maravilloso, bonito,

extraordinario, ya no lo es más.

A veces nos encontramos con algún

compañero en la calle y ya creemos que es un enemigo y nos

olvidamos que nos votó, en las últimas elecciones. A veces me

pregunto si no sería mejor preguntarle: “¿por qué ahora estás

enojado conmigo? ¿Por qué estás protestando”. Porque si no, si la

gente no se ve así, no interesa llegar al gobierno.

Una nueva izquierda

Yo estoy convencido que pod

remos tener un nuevo modelo de

izquierda. Respetando la cultura de cada país, respetando la manera

de organizarse de cada país, la escena política en cada país. Pero –

sinceramente – creo que estamos en condiciones de presentar las

nuevas cosas que se necesita presentar en el mundo. Sé que

muchos se fueron molestos conmigo cuando dije que: “¡Gracias a

Dios que había caído el Muro de Berlín, para que la gente pudiera

volver a pensar nuevamente!” Que todo estaba muy seguro, estaba

todo escrito en la cartilla, todo el mundo sabía lo que iba a suceder.

¿Saben qué? No estaba escrito en la cartilla, ni está escrito en la

cartilla, hoy. La cartilla tiene que ser construida día a día, en cada

momento. ¡Porque el pueblo evoluciona cada día y quiere una nueva

cartilla! Aquí, en nuestro país, estas manifestaciones que se dieron,

tienen de todo. Tienen de todo. Tienen cosas buenas… La mayoría

tienen cosas buenas. Si ustedes se fijan en las reivindicaciones que

pide el pueblo en las calles, son reivindicaciones que alcanzaron al

PT, al PTdo B, la Juventud Socialista acabó de sumarse a los

reclamos, los petistas acabaron de unirse a los reclamos, de estos

reclamos que están en la calle. Ahora – por detrás – hay gente que

está contra el Foro de San Pablo. También hay fascistas en todos

lados, neonazis en todos lados. Y aquí, en Brasil, sabemos que

existen.

Sin embargo – compañeros – ¡creo que lo que sucedió fue

extraordinario! Fue para que aprendiésemos, para que

comenzáramos a mirar que el pueblo – que consiguió tener

universidad en nuestro gobierno – quiere otros paradigmas. El

pueblo que no podía comprar un clavo, ahora puede, porque tiene

auto. Pero no puede andar por la calle porque el tránsito es peligroso

(risas). El otro que aún no pudo comprarse un auto, protesta porque

tiene que ir parado en el ómnibus y comienza a exigir más servicios

públicos y de mejor calidad. Esta es la lógica de lo que está

sucediendo en este país. ¡Y está bien que así sea! Para que

nosotros también podamos evolucionar, discutir nuevas formas de

organización, nuevas formas de comunicación. Y no tener miedo de

defender aquello en lo que creemos.

Yo fui a dar una conferencia a Texas y llegué allá y mi intérprete no

entendía el portugués y no podía ser mi intérprete. Entonces, hubo

un compañero que me propuso ser mi intérprete y así fue que conocí

a Cárdenas, quien ofició de intérprete. Él fue, en realidad, electo

presidente de México y fue robado y él lo sabe. Él ya ganó dos

elecciones en México. Una ya la ganó, pero estoy seguro que llegará

el día en que va a ganara las elecciones y ahí México va a ser muy

importante para que América del Sur, para que América Latina dejen

de mirar hacia los EE.UU. Yo no quiero que México deje de mirar a

los EE.UU., pero tampoco quiero que EE.UU. nos vigile. Porque creo

que México tiene mucha importancia en la integración

latinoamericana (aplausos).

El Consenso de las Izquierdas de América Latina

La programación que Valter me mostró de ustedes fue extraordinaria

e intensa. Yo, sinceramente, haré luego los análisis de este Foro, de

los temas que ustedes debatieron. Pero les quería pedir algo: el Foro

de San Pablo – con todas las deficiencias que nos podemos

imaginar que tenga, con todo lo que le falta para que sea perfecto –

es lo mejor que hemos creado en este continente latinoamericano.

Por eso quiero que sepan que estoy en el Instituto Ciudadanía, en el

Instituto Lula”, queriendo debatir para crear una doctrina sobre

Integración. Ya tuvimos reuniones con el movimiento social, con el

movimiento sindical, con partidos políticos, con intelectuales y lo

vamos a continuar haciendo, porque queremos producir una doctrina

de Integración. La derecha, un día resolvió crear el “Consenso de

Washington”. Y el Consenso de Washington comenzó a fiscalizar

todo lo que sucedió en el mundo – desde los 80 hasta acá – liderado

por Reagan y por Margareth Thatcher. Creo que es hora que

nosotros construyamos el Consenso de las Izquierdas de América

Latina, para que podamos mostrar que es posible que nosotros nos

demos un marco diferente. Estoy convencido de esto. Nosotros

podemos crear una nueva forma de gobernar. Aquí, en Brasil,

nosotros mostramos que era posible. Chávez mostró que era posible

en Venezuela. Y casi todos los países. Sabemos lo que está

haciendo Rafael en Ecuador y de las acusaciones que es víctima.

Sabemos lo que le pasó al compañero Evo Morales.

Entonces, esto no es broma. Ellos no nos tienen paciencia y

tampoco nosotros la tenemos con ellos. Pero nosotros nunca los

agredimos ni la mitad de lo que fuimos agredidos. Y nosotros

luchamos porque practicamos la democracia, porque queremos vivir en democracia y porque no queremos hacerles a ellos lo que ellos nos hicieron a nosotros. Es así, que vamos a continuar creciendo en América Latina.

Quiero expresar mi solidaridad, decirles que es muy triste que Chávez no esté aquí. Es muy triste. Creo que durante mucho tiempo vamos a sentir la falta de Chávez porque creo que – no es que

alguien sea insustituible – es que él era una figura diferenciada. Aún

cuando estábamos divergiendo, él era diferenciado en la divergencia (aplausos). Quiero despedirme de ustedes, declarando abierto el XIX Encuentro del “Foro de San Pablo”. ¡Un abrazo y voy a estar con

ustedes!


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